lunes, 30 de octubre de 2017

Robert Frost - Algunos fragmentos sobre poesía



A veces las palabras me plantean un sinfín de dudas y me pregunto cuál es el lugar que les corresponde. Si no sirven de algo, si no equivalen a hechos, como un ultimátum o un grito de batalla, son lo peor que hay. Tienen que ser categóricas e inapelables como cuando se descubren las cartas en el póquer, cuando no hay vuelta atrás. Mi definición de poesía (si me viera obligado a darla) sería la siguiente: palabras que se han convertido en hechos.



Un poema completo es aquél en el que una emoción ha encontrado su idea y la idea ha encontrado las palabras.



Hay dos tipos de realistas: el que para demostrar que es real ofrece una buena cantidad de tierra con la patata y el que se contenta presentando la patata sin tierra. Yo tiendo a ser del segundo tipo. Para mí, lo que hace el arte por la vida es limpiarla para revelar la forma.



Casi todo el mundo debería haber casi experimentado el hecho de que un poema es una idea captada en el momento que surge.



También saber que la poesía y aun la prosa entendida como poesía es la renovación de las palabras.



Las emociones tienen que ser contenidas y sujetadas con disciplina al molino de la inteligencia, no liberadas con exclamaciones. Ninguna fuerza llegará lejos si no se cierran todos sus poros con disciplina para que el chorro salga por un solo orificio. Es sabido que la emoción supura.



Escribir en verso libre me proporcionaría tanto placer como jugar al tenis sin red. 



De Prosas (Elba, 2011)
Traducción de Dolors Udina

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