lunes, 14 de agosto de 2017

Cuatro poemas de Choi Seung-Ho




AUTOBIOGRAFÍA DE HIELO

Yendo a un colegio de hielo, me hice de hielo. El mundo era una máquina de enfriamiento. Mi padre, el profesor, el dictador, hasta el mismo Dios se esforzaban en la producción de hielo. Después de la veintena, endurecido por la congelación, se me congelaron incluso las bolsas de lágrimas. Era yo un castillo de hielo. Con soledad cercada por un blanco muro de hielo, insistí en mi ego de hielo. Nadie podía introducirse en mi interior. Incluso las llamas del amor, al tocarme, se apagaban. En mis horas congeladas, ¿qué habría pensado mi familia de mí? Aunque nunca me dijeron que era altivo, pensarían que lo era. Hachas de hielo en la caverna de hielo, los carámbanos que eran mi barba, esa etapa congelada la he vivido durante mucho tiempo. La historia del ego merece registrarse como una era glacial.




LA FAMILIA DE CUCARACHAS

Dentro de la máquina automática que satisface en todo momento los deseos
de los consumidores
vive una familia de cucarachas
así como vive la familia del alcahuete en los prostíbulos
su caparazón brilla, el hoyo
tragando dinero
empieza la mañana del burdel
cálidamente la fragancia del café y la leche
infinitamente el azúcar y el sueño
y detrás del sonido de la última moneda que cae
viene la noche, la tranquilidad de la noche
que se rompe con los deseos de noches sin sueño
vive la familia de cucarachas
en esa máquina automática en la que el tubo de plástico
como la vejiga de una prostituta
colgando del tanque de agua
derrama agua caliente en el vaso de cartón
todos nosotros llevamos adentro
los límites del amor que comparte esa familia diminuta.




CUARENTA Y CUATRO MUÑECOS DE NIEVE

Según lo que se conoce, una persona desecha al año microbios y células muertas equivalentes más o menos al peso de su cuerpo. Si esas cosas muertas blancuzcas las juntamos y hacemos muñecos de nieve, las personas podrían ver, aunque no les agrade, todos los años muñecos de nieve gris que serían encarnaciones de sí mismos. Este año cumplo cuarenta y cuatro años. ¿Será como tener bajo mi control en este invierno a unos cuarenta y cuatro muñecos de nieve?

Todos los años doy a luz a un muñeco de nieve.




SANDÍA


Soy un humano de la era glacial intermedia. Quiero decir que vivo en medio de grandes eras glaciales. Dicen que los seres de cromañón sobrevivieron a la era glacial. Fueron grandes personalidades. Sin embargo, murieron todos. Esa preocupación sentimental de la humanidad entera de seguir con vida o morir incluso en la era glacial decidí dejársela al cielo y a la tierra. Por mucho que viva, no duraré tanto como la era glacial. Por mucho que mi sangre, que tiempo atrás era agua, se mantenga todavía en la era glacial, estaré clavado hecho un cubo de hielo transparente en un profundo valle en la cordillera de hielo o seré un copo de nieve formado en la cumbre de la montaña durante miles de millones de años, sacudiéndose con el viento. Es temporada de sandías. Doy con ganas una mordida al trozo rojo de sandía.




De Autobiografía de hielo (Bajo la luna, 2010)
Traducción de Kim Un-kyung y Oliverio Coelho

lunes, 7 de agosto de 2017

Tres poemas de Roberta Iannamico




Vinieron el zorro blanco, el zorro gris, el zorro colorado.
Me olisqueaban Los dedos de Los pies.
Yo levantaba una pata y la otra como una flamenca.
Entonces vinieron el zorro azul, el zorro plateado, el zorro verde.

No sabían hablar pero se hacían entender clarísimo
con movimientos de sus colas.
Después aparecieron el zorro naranja, el zorro overo y el zorro violeta.
Se acercaban con falsa timidez.
Más atrás el zorro negro, el zorro púrpura, el zorro de agua.
Hacían pis para marcar el territorio.
Yo me senté en el pasto y, antes de que empezaran a comerme
poco a poco, me puse a tejer una cola para igualarlos en belleza.
Vino la tormenta y los zorros empezaron a correr en círculos.
No podían pasar las fronteras que ellos mismos habían marcado.
Me agaché, agarrándome las rodillas hice pis, y se abrió una puerta.
Salieron los zorros.
Me llevaban en andas sobre sus lomos como una princesa.
La lluvia los desconcertaba. Los ponía loquitos.



De tanto cruzar el océano los nadadores se destiñen.
Les crecen naufragios en la espalda.
Desde una punta de la isla la mujer arroja una media de red.
Cansados se dejan pescar: tienen los dientes hermosos.
Sonríen y ella toca el xilofón con una ramita de tamarisco.
Estirando la media arma un tendal y los pone a secar al sol.
Pálidos se balancean.
Cantan igualito al mar.
Ella les peina las algas y los cubre de tatuajes.
Juega todo el día con los nadadores.
A la noche los tira al mar amarrados de los tobillos.



Un tío gordo me dice te saqué la nariz
y yo lo vi jugando de dedo en dedo con mi nariz
por el borde de las cosas.
¿Y ahora qué hace mi tío gordo con una nariz que no es suya?
El tenía nariz de higo y le daba miedo
que algún pájaro se la comiera.
Había pandulces para la navidad.
En el verano tenía el patio lleno de árboles.
Yo iba a la siesta y me probaba narices.
Una semilla de jacarandá,
un limoncito, una ciruela, una aceituna.


De 53/70: Poesía argentina del siglo XXI (EMR; Espacio Santafesino; Centro Cultural Parque de España AECID, 2015)

miércoles, 2 de agosto de 2017

Diez ejercicios Fluxus





EVENTO SIN TÍTULO / Bengt af Klintberg

Cubre un paraguas de satín azul y a ti mismo con cenizas y mermelada de chabacano; abraza a una persona dormida.

1967





VUÉLVETE INVISIBLE / Bici Forbes

a. escondiéndote
b. despojándote de todas tus marcas distintivas
c. yéndote
d. hundiéndote en el suelo
e. convirtiéndote en alguien más
f. concentrándote tanto en un objeto o idea que dejes de estar consciente de tu presencia física
g. distrayendo a todos los demás de tu existencia física
h. dejando de existir

1966





TE VEO EN TUS SUEÑOS /  Larry Miller

Aparécete en los sueños de otra persona.

1977





BALSA / Milan Knizak

Construye una balsa. Haz una fogata en ella. Flota en ella el tiempo que le tome al fuego quemar la balsa en el agua.

1979





ANIVERSARIO / Ken Friedman

Alguien estornuda.
Un año después, envía una postal que diga “¡Salud!”.





EVENTO DEL ÁRBOL DE NAVIDAD / Ken Friedman

Lleva un árbol de navidad a un restaurante. Coloca el árbol en un asiento a un lado del tuyo. Ordena dos tazas de café, coloca una frente al árbol. Siéntate con el árbol, toma café y platica con él. Después de un rato retírate, dejando el árbol en su asiento. Mientras te vas, dile en voz alta al árbol: “Nos vemos, Herb. ¡Dale mis cariños a tu esposa y a los niños!”

1965





MÚSICA PELIGROSA NÚMERO NUEVE / Dick Higgins
(Para Nam June Paik)

Ofrécete para que te extraigan la columna.

Febrero 1962





SANITAS NO.79 / Tomas Schmit

Un autobús se lleva al público a una buena distancia, lo deposita en un lugar desolado y regresa vacío.

Fecha desconocida





OPCIÓN 8 / Robert Bozzi

El ejecutante entra con un estuche de violín. Saca un violín y un serrucho. Corta el violín a la mitad, coloca las piezas y el serrucho de vuelta en el estuche, lo cierra, hace una reverencia y se retira.

1966





ARCO IRIS NO. 1 PARA ORQUESTA, VARIACIÓN / AY-O

Soplar burbujas de jabón a través de ditintos instrumentos de viento. El director de orquesta corta las burbujas con una espada de samurái.

Fecha desconocida





De Archivo Fluxus 3. Cuaderno de Ejercicios. Eventos, acciones y performances (Tumbona, 2016)
Traducción de Bibiana Padilla Maltos y Alejandro Espinoza Galindo