viernes, 28 de abril de 2017

Inger Christensen - Quiénes son los amantes



Quiénes son los amantes / todos y cada uno
todos los que difunden generosamente sus virus

todos los que persisten en su miedo / aun
cuando los que están en el poder los besan

aun cuando los que están en el poder se aparean con ellos
y meten como pueden su amor en el lote

todos los que tocan música / todos los que tocan
su fiebre / de manera que la fiebre adquiere

velocidad por el mundo / de manera que cura a todos
los afectados / todos y cada uno / los que

campean en la columna de la desesperación why not
todos los que experimentan algo que reconocen

de sí mismos / todos los que persisten en
la totalidad / aunque sea imposible



De Eso (Sexto Piso, 2015)
Traducción de Francisco J. Uriz

sábado, 22 de abril de 2017

Tres poemas de Janet Frame




SOY INVISIBLE

Soy invisible.
Siempre he sido invisible
como la pobreza en un país rico,
como los ricos en sus cuartos velados de sus casas con muchos cuartos,
como las pulgas, los piojos, como lo que crece bajo la tierra,
los mundos más allá del cielo, el viento, el tiempo, las ideas –
el catálogo de invisibilidad es inagotable,
y, eso dicen, no es buena poesía.

Como las decisiones.
Como cualquier otra parte.
Como las instituciones alejadas del camino llamado Scenic Drive.

No más símiles. Soy invisible.
En un mundo poblado por gente de visión binocular después de todo soy parte de la mayoría
mientras que tú y yo caminamos con nuestra lunita creciente de visión en nuestra oscuridad personal
a través de un mundo en el que las decisiones de ser y no ser
se encuentran controladas por la luz
asistidas por las lágrimas y el sueño de la desatención o la muerte.

Soy invisible.
Los amantes atraviesan mi vida para tocarse entre sí,
la lluvia que cae en mí me traspasa como sangre sobre la tierra.
Ninguna cabeza me incluye como conocimiento.
Otorgo libertad a quienes bailan,
a decir la verdad.
Así es. No hay nadie aquí para observar ni escuchar disimuladamente,

y entonces aprendo más de lo que tengo derecho a saber.




LOS CUERVOS

Temprano en la mañana el pasto es una espiral de azul humeante.
Las sombras jorobadas se derriten. La cera oscura
escurre del cielo y yace al pie de los árboles
absorbiendo la cálida impresión del sol.
La cosecha es luz. El invierno, rata que invade
el silo, roerá la semilla dorada.

Imagino que el fervor de las hojas por vivir
ha transformado a muchas mariposas y palomillas color paja
firmando aún su condena con su pasión por la luz,
aleteando como quienes enterrados en vida buscan salir de la tumba.

Los cuervos se ahogan con su propio graznido salvaje.




SI LO TUYO NO ES ESCRIBIR SOBRE LAS PERSONAS

Si lo tuyo no es escribir sobre las personas, decía él,
quédate con los lugares, despídete de las novelas,
prueba escribir poemas. En los poemas, ¿sabes?
caben mejor los paisajes y las marinas; unas cuentas flores,
tal vez un jardín, una casa —muchas casas de dónde escoger.
Lee las páginas de bienes-raíces en tu periódico –vista inmejorable–
de ensueño –en ¿sueño?– chimenea portátil, entrada exclusiva,
vista al mar, ideal para casa principal; bellos jardines, alta
plusvalía; cercana a colegios, comercios, iglesias…
olvídate de las personas; nadie tiene que vivir en la casa o la calle o el
campo o la ciudad, crea un país vacío.
¿Ves lo que trato de explicarte? los poemas se ven bien sin las personas.
Dedica tu odio al cielo, al mar, al clima, a los árboles:
con eso será suficiente.

Quiero decir, ¿Cómo puedes escribir una novela sin personas?
Todos los él y ella, los ires y venires, los haceres
y pesares y asombros, “lágrimas y risas, amor y deseo y odio”
a través del “acceso posterior” –una “puerta trasera, una puerta privada, cualquier puerta
o reja distinta a la entrada principal”– Diccionario Oxford. Una forma de escape, un refugio. 



De Huesos de Jilguero (Universidad Veracruzana, 2015)
Traducciones de Irene Artigas, Lorena Saucedo y Paula Busseniers.

viernes, 7 de abril de 2017

Tres poemas de Lydia Daher




CAMPO DE PRUEBAS. NOTICIA DEL DÍA

Rusia perdió tres satélites.
Cayeron al mar, no lejos de Hawái
y ahora dan vueltas en un remolino de desechos plásticos.

Como es arriba, es abajo,
la antigua ley cósmica.

Como sabes,
tengo cierta simpatía
por las metáforas de la decadencia.
Por todo lo que
podemos enviar a la nada.

Noche de fieras, dicen unos.
Buenas noches, dicen otros.
Y el espacio se hace más grande
cada vez más rápido.

Espacio que se tiende entre tú y yo.
En el que bebemos y tenemos planes.
Que desde muy por debajo de nosotros se extiende hasta el cielo
que resurge
a cada momento.

Así soñamos, sobre los bordes redondeados de la mesa,
sobre una placa tectónica
entre el rumor renovado
de las frecuencias.

¿Y no es extraño
que precisamente nosotros
estemos aquí sentados, bajo las colmadas estanterías del cielo,
con movimientos bien ordenados, en este
universo privilegiado,

en el que hay radios
y noches de sábado?





OTRA VEZ LOS DÍAS SE VAN  HACIENDO MÁS CORTOS

Así como el silencio, más largo, aunque no más bello.
Como si, poco a poco, algo se hubiera terminado.
Algo que no se le puede pedir al vecino.

Falta algo importante, y falta que uno se atreva a hacer ruido.
E incluso con otras palabras esto no sería una canción que
alguien cantara para ti y contra su propio silencio.

Qué se podría decir del polvo sobre los párpados
del despilfarro de la nada, de las costas de la luz
sobre los techos oscuros. Sentados debajo,

preguntamos a las tejas por sus junturas y la tormenta
y la quietud que viene después. Por lo que
está en el aire. Tenemos que aprender este asunto

de estar solos. Como se aprende el sol, o
la lluvia, cuando la luz se refracta en las gotas como
una esperanza, bajo las alas de los gallos de las veletas.





MONOBLOCKS, SOMEWHERE

Aquí,
justo detrás de los monoblocks
han puesto una gran flor artificial.
Como prueba de que
también un Estado débil
conoce los gestos
que importan.
Todavía se podría
decir más sobre eso:
sobre el paso del tiempo
cuando nadie progresa,
sobre la ternura
de un pomelo, por ejemplo
Pero deberíamos dejarlo
ahí: la flor
reluce con colores de fetiche,
el rojo del horizonte duele.
Y bolsas vacías,
llevadas hacia la izquierda, flamean
como banderas blancas
en el viento ascendente.





De El fin de la afirmación (27 pulqui, 2015)
Traducción de Mario Caimi

martes, 4 de abril de 2017

Abril es el mes más extraño V


                                                                A Sara

No parezco yo, pero soy yo.
El virus lírico
se ha incrustado en mis huesos

(discúlpame).
A veces esto parece tan fuerte
como una pared de metal
y concreto. Es tan extraño.

Ahora somos la familia vampiro
y más tarde seré tu muñeco
de nieve. 

Soñé que algo destruía la ciudad, dijiste.
No pasa nada

mamá, tú
y yo, fantasmas
jugando en lo que alguna vez fue un jardín.