martes, 17 de enero de 2017

Tres poemas de Greta Montero Barra



SE AMANECE CADA DÍA CON MEJORES SENTIMIENTOS

El polvo consumió la luz que alguna vez
entró por nuestras ventanas

Con el tiempo
se han ido haciendo pequeñas grutas
subterráneas
en las alejadas tierras infértiles
que los hostiles despreciaron

A pesar de todo fueron muchos como nosotros
los que pacientemente
socavando las convicciones de otrora
logramos salir de las mazmorras
de prueba
que mantuvieron por siglos funcionando los imperios
caídos del pasado



SERÁ UN PERRO CUANDO LA DESPEDACE EN LA PRUEBA SIGUIENTE

Una noche comenzamos la invasión
nave tras nave aterrizamos sobre la superficie
picando las rocas con nuestras mandíbulas de acero
y dientes de titanio

La dulce tierra aún expelía un aroma de azahares
y enredaderas como los jazmines de Persia

Los llevamos a rastras a través de los cercos
de alambre

Teñimos sus ropas con carbón y en su frente
sellamos un código de barras

Apilamos sus cuerpos por cientos
unos sobre otros como a nosotros nos apilaban
en las bodegas de antaño

Revoloteaban sobre sus cabezas agonizantes
las moscas verdes y gordas de los basurales
y los mataderos

Después apagamos las máquinas y dormimos
plácidamente imaginando las hermosas avenidas
por las que pasearían nuestros hijos



PARA MIS FABRICANTES EN SU EXTENSA CADENA DE FAVORES

Recordaba la señora K
cuando llegaron los primeros dummies
en un artefacto de metal
que relucía a la luz del sol
como una moneda girando en el aire

Por un costado de ese objeto de plata
se abrió una puerta y apareció un muñeco
vestido con ropajes de otro tiempo
como salido de un retrato
de la era Cenozoica muy parecido
a los mamíferos del Holoceno

El viento movió las hebras de pelo rojizo
que colgaban del cráneo semidesnudo
de la señora K

La sombra del señor K se dibujaba
inmensa en el marco de la puerta

Es hora de ir al pueblo le dijo él
con voz imperativa

La señora K se quedó mirándolo en silencio

Sus ojos amarillos húmedos y dulces
evocaron el lejano y pálido fondo del mar
antes de ser expulsados de su casa

También las canciones que le cantaba
su madre cuando tenía fiebre y la nieve
que caía se quedaba enredada
entre los ganchos de los abedules

De Dummies (Ediciones Inubicalistas, 2013)


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