lunes, 5 de diciembre de 2016

Tres poemas de Yi Sang



POEMA 9

El cañón del arma

Al cabo de días y días de soplar calientes ventarrones, una gran mano se posa en mi cintura. En cuanto sientas la presencia del sudor entre los valles resplandecientes de huellas dactilares, dispara. Voy a disparar. Siento el peso del arma en los intestinos y siento el cañón grasiento que brota por mi boca. Acto seguido cierro los ojos como si apretara el gatillo; sin embargo, en lugar de la bala, ¿qué escupió la boca?



POEMA 10

Mariposa

Observo una mariposa agonizante en el desgarrado papel de la pared. Se trata de una ventana secreta por la que se accede al mundo del más allá. Un día observo una mariposa agonizante en la barba que aparece en el espejo. La mariposa alicaída bebe del rocío que humedece mi boca. Si cubro bien la ventana secreta y muero, la mariposa saldría volando. Deseo que las palabras no escapen al exterior.

3 de agosto de 1934



POEMA 12


Manojo de ropa sucia revolotea en su caída. Blancas palomas en bandada. Se ha terminado la guerra en otro lado del cielo, que no es mayor que la palma de la mano; es el anuncio de la paz. Otra bandada de palomas lava la mancha del cuello. En este lado del cielo, que no es mayor que la palma de la mano, comienza una guerra sucia matando con palos a las blancas palomas. Cuando el negro hollín del carbón mancha el aire, una bandada de blancas palomas huye de nuevo hacia otro lugar del pequeño cielo



De A vista de cuervo y otros poemas (Editorial Verbum, 2003)
Traducción de Whangbai Bahk

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