jueves, 27 de agosto de 2015

David Antin - Historia

le dieron a alexander y a james garfield en 1881
le dieron a carter harrison padre en 1893
le dieron a marie francois sadi-carnot en 1894
le dieron a william goebel y a humberto de Italia en 1900
czolgosz le dio a mckinley en 1901
le dieron a francisco madero y josé pino suárez en febrero de 1913 y en marzo le dieron a jorge de        grecia
le dieron a francisco fernando y a sofía chotek en sarajevo en 1914
le dieron a mijail alejandra alexei olga tatiana maría y anastasia en 1918
le dieron a venustiano carranza en 1920
le dieron a pancho villa en 1923
y a obregón en 1929
zangara le dio al alcalde cermark en miami en 1933
a engelbert dollfuss le dieron en austria en 1934
el dr. carl weiss le dio a huey long en baton rouge en 1935 y le dieron a él unos minutos después
   frank jackson le rompió el cráneo a león trotsky en 1940 o jaques van den dreschd le rompió el 
   cráneo a lev bronstein cerca de la ciudad de méxico
nathuran vinadek godsele dio a mohandas k. gandhi en nueva delhi y a folke bernardotte le dieron
    en jerusalén en 1948
en 1950 le dieron al presidente de venezuela y al raso leslie coffelt
al presidente de panamá le dieron en un hipódromo en 1955
al presidente de nicaragua le dieron en 1956
en 1957 le dieron al presidente de guatemala
le dieron a faisal en 1958             también le dieron a su tío
le dieron a s.w.p.d. bandaranaike en 1959
hazza majali estalló con una bomba de tiempo en 1960 y a inejiro asanuma le dieron en octubre
   le dieron a lumumba mpoló y a okito en 1961
también hubo algunos yerros por poco
collazzo y torresola no le dieron a truman en 1950 pero le dieron a torresola y al raso leslie coffelt
no le dieron a rómulo betancourt en 1960 y nobosuke kishe fue apuñalado seis veces en la misma 
   pierna
en 1961 no le dieron al imán de yemen y a charles de gaulle
en 1961 hubo dudas sobre el accidente áereo de hammerskjold pero le dieron
el ave marina se incendió en el lago michigan
el estrella de la tarde se fue a pique
el reino unido se desvaneció
el muro de piedra se incendió bajo el cairo
el oneida se estrelló
el ciudad de boston de desvaneció
el cambria se perdió frente a inistrahull
el borusia se hundió frente a españa
el transbordador de westfield estalló
el flota del norte se estrelló
el atlántico naufragó frente a nueva escocia
el pacífico chocó frente al cabo flattery
el cospatrick se incendió
el eten naugfragó frente a valparaíso
el hurón naufragó frente a carolina del norte
el atacama naufragó frente a caldera
schiller zozobró en la isla escila
orfeo naufragó frente a nueva zelanda
eurídice se fue a pique frente a la isla de wight
dafne se volteó frente a clyde
la princesa alice chocó el támesis
el tío josé chocó frente a spezzia
el persia zozobró en córcega
el serpiente se hundió frente a españa
el utopía chocó frente a gibraltar
el erotgrull se fue a pique frente a japón
el hongkong golpeó una roca
el mossamedes encalló
el buryvestnik golpeó un muelle
el wei tung en el yang tsé se incendió
el tomozuru se volcó al oeste de nagasaki
el noronic se incendió en toronto
el pelícano se hundió frente a montauk
el uskudar se volteó frente a izmit
el peter zoranic chocó contra el armonía mundial en el bósforo
una pista de baile se incendió en natchez
una fábrica de hielo se incendió en nueva york
un hospital se incendió en effingham Illinois
un asilo se incendió en largo florida
una vivienda se incendió en las cataratas del niágara
una buhardilla se incendió en nueva york
una tienda se incendió en bogotá
una escuela se incendió en little rock
una posada se incendió en stallheim
una planta química se incendió en pusan
una bodega se incendió en glasgow
un cine se incendió en siria
una vivienda se incendió en hong kong
un circo se incendió en brasil
wall street estalló en nueva york
una fábrica de alimento estalló en pekín
un muelle estalló en texas
una barcaza de municiones estalló en amboy del sur
una tubería de gas estalló en villa rica
una fábrica de cohetes nike estalló en leonardo nueva jersey
una bodega estalló en río
dos edificios de departamentos estallaron en dortmund
un reactor estalló en idaho
charles ross despareció de germantown
marian parker desapareció de los ángeles
charles matson desapareció de tacoma
arthur fried desapareció de white plains
peter weinberger desapareció de westbury long island
cintia ruotolo desapareció de un vagón en hamden connecticut


De Una antología de la poesía norteamericana desde 1950 (Ediciones del equilibrista, 1992)
Traducción de Aurelio Major

viernes, 21 de agosto de 2015

Robert Hass - Amanecer


Ay, amor, esto es miedo. Esto es miedo y sílabas
y el comienzo de la belleza. Hemos caminado por la ciudad,
un animal desollado que significa muerte, un dios híbrido
que canta en la desolación de la porquería y el dinero
una canción que el corazón es incapaz de recibir. De otro modo
viviremos afligidos, y los ordenados tonos monocromáticos,
las fauces mortíferas de aquel horizonte, nos sobrevivirán
como nosotros sobrevivimos al placer. Qué poca esperanza.
Qué feroz y pequeña privacía la del consuelo.
Qué deslumbramiento de pétalos para la pobre carne.

Ciegos, con ojos como estrellas, como flores astrales,
desde la cegatona enfermedad copulante de las bestias
nos erguimos, agitados como truchas en el aire hendido,
aterrados, mientras el rayo escarlata del sol
se arrastra desde la imaginación del estanque
de un mar de muerte. Pez, topo,
somos las criaturillas aturdidas
dentro de estas resurrecciones humanas, las noches
que la ciudad celebra y profana. Desde ahí
,todos vamos caminando lentamente a las escalas marinas
desde el susurro encapuchado de las olas,
la polifonía mesurable. Estrellitas,
y ciega el hambre bajo el sol,
nos buscamos y nos volvemos a buscar
en el aire materno de lo que queremos

Por eso el ciego Orfeo celebra el amor
y el amor nos saca los ojos
y todos los amantes van husmeando su camino hasta Dover.
Por eso la inocencia cuenta tanto,
Venus resulta la menos santa en las actitudes de la vergüenza.
He aquí a las criaturas perdidas y la profunda dulzura de la pulpa,
un azul tamborileo sobre el hueso formado, río,
flama, mercurio. No es el fuego
que ansiamos ni las cenizas. Es la hora quieta,
un venado que viene lento hasta el arroyo al anochecer,
la mesa puesta para la abstinencia, ventanas
llenas de flores como el verano en la provincia
que se desvanece cuando la palidez de medio rostro de la luna
se alza sobre la oscura línea de lino de los montes. 


Traducción de Pura López Colomé

lunes, 17 de agosto de 2015

John Berger - Entender una fotografía



Hace más de un siglo que los fotógrafos y sus apologistas reclaman que la fotografía se incluya entre las bellas artes. No es fácil saber si han llegado muy lejos en su defensa. Es cierto que, pese a ser practicada, disfrutada, utilizada y valorada por la inmensa mayoría de la gente, la fotografía no es considerada como un arte. Los argumentos esgrimidos por quienes han defendido su inclusión entre las bellas artes (yo mismo he estado entre ellos) han sido un tanto académicos.

       Lo que hoy está claro es que la fotografía debe tenerse en cuenta, aunque no sea un arte. Parece que, al margen de su valoración, va a sobrevivir a la pintura y a la escultura, tal como se las entiende desde el Renacimiento. Hoy podríamos decir que ha sido una suerte para la fotografía que haya tan pocos museos con iniciativa suficiente como para abrir secciones de fotografía, pues ello significa que muy pocas fotografías se han preservado en un aislamiento sagrado. Y significa también que el público no ha llegado a pensar en ninguna fotografía como en algo fuera de su alcance (los museos funcionan como mansiones de la nobleza abiertas al público durante unas horas. El grado de esa “nobleza” puede variar, pero en cuanto una obra se lleva al museo, adquiere el misterio de un modo de vida que excluye a las masas).

       Intentaré ser claro. La pintura y la escultura, tal como las conocemos, no están muriendo por una enfermedad estilística, ni por nada parecido a esa decadencia cultural que diagnostican ciertos profesionales horrorizados. Están muriendo porque en el mundo de hoy ninguna obra de arte puede sobrevivir sin convertirse en un bien con un valor económico. Y ello implica la muerte de la pintura y la escultura porque la propiedad se opone hoy, inevitablemente, como no se oponía en el pasado, a los demás valores. La gente cree en la propiedad, pero, en último término, en lo único que cree es en la ilusión de protección que proporciona la propiedad. Al margen de su contenido, al margen de la sensibilidad de un espectador concreto, no podemos hablar hoy de las obras de arte sino como meros signos del conservadurismo mundial.

       Por su propia naturaleza, las fotografías tienen muy poco valor económico debido a que carecen del valor inherente a la exclusividad o la singularidad. El principio en el que se basa la fotografía es que la imagen resultante no es única, sino, por el contrario, reproducible hasta el infinito. Así, en los términos del siglo XX, las fotografías son registros de las cosas vistas. Digamos que no están más cerca de las obras de arte de lo que podrían estarlo los electrocardiogramas. Así nos liberaremos de ciertas ilusiones. Nuestro error ha consistido en tener en cuenta ciertas fases del proceso de creación a la hora de categorizar como arte algunas cosas. Pero, lógicamente, esto puede convertir en arte todos los objetos hechos por el hombre. Es más útil categorizar el arte de acuerdo con lo que ha llegado a ser su función social. El arte funciona como propiedad, y por consiguiente, las fotografías no pueden incluirse en esa categoría.

       Las fotografías testimonian una elección humana en una situación determinada. Una fotografía es el resultado de la decisión del fotógrafo de que merece la pena registrar que ese acontecimiento o ese objeto se han visto. Si todo lo que existe se fotografiara continuamente, las fotografías carecerían de sentido. Las fotografías no celebran ni el acontecimiento ni la facultad de la visión en sí. Son un mensaje acerca del acontecimiento que registran. La urgencia de este mensaje no depende enteramente de la urgencia del acontecimiento, pero tampoco es completamente independiente de éste. En su forma más sencilla, el mensaje decodificado significa:
He decidido que merece la pena registrar lo que estoy viendo.

       Podemos aplicar esto por igual a la fotografía más memorable y al más banal de las instantáneas. Lo que las distingue es el grado de explicación del mensaje que aporta la fotografía, el grado en que la fotografía hace transparente y comprensible la decisión del fotógrafo. Y aquí llegamos a la paradoja de la fotografía, una paradoja que no suele entenderse. La fotografía es un registro automático, realizado con la mediación de la luz, de un acontecimiento dado; sin embargo, utiliza ese acontecimiento dado para explicar el hecho de registrarlo. Denominamos así “fotografía” al proceso de hacer consciente la observación.

       Es necesario que nos libremos de la confusión producida por la perenne comparación entre la fotografía y las bellas artes. Prácticamente todos los manuales de la fotografía hablan de la composición. Una buena fotografía es una fotografía con una buena composición. Pero sólo es cierto si consideramos que las imágenes fotográficas imitan a las imágenes pintadas. La pintura es el arte de la composición y, por consiguiente, parece razonable esperar cierto orden en lo que se dispone ante nuestros ojos. En una pintura, todas las relaciones entre las formas se adaptan hasta cierto punto a la finalidad que tiene el pintor en mente. Éste no es el caso de la fotografía (a no ser que consideremos como tal esas absurdas obras de estudio en las que el fotógrafo dispone todos los detalles del tema fotografiado antes de tomar la foto). La composición, en el sentido más profundo y pedagógico de la palabra, no tiene lugar en la fotografía.

        La disposición formal de una fotografía no explica nada. Los acontecimientos retratados son misteriosos en sí mismos o explicables según el conocimiento que el espectador tenga de ellos antes de ver la fotografía. ¿Qué es, entonces, lo que da sentido a una fotografía en cuanto que fotografía? ¿Qué es lo que amplía y hace vibrar ese mínimo mensaje de He decidido que merece la pena registrar lo que estoy viendo?

       El verdadero contenido de una fotografía es invisible, porque no se deriva de una relación con la forma, sino con el tiempo. Podría decirse que la fotografía está tan cerca de la música como de la pintura. Acabo de decir que las fotografías testimonian una elección humana. Esta elección no se establece entre fotografiar x o fotografiar y, sino entre fotografiar en el momento x o en el momento y. Los objetos registrados en cualquier fotografía (desde el más impactante al más común) transmiten aproximadamente el mismo peso, la misma convicción. Lo que varía es la intensidad con la que se nos hace conscientes de los polos de ausencia y presencia. Entre estos dos polos es donde la fotografía encuentra su significado (el uso más popular de la fotografía es como recuerdo de lo ausente).

       Al mismo tiempo que registra lo que se ha visto, una foto, por su propia naturaleza, se refiere siempre a lo que no se ve. Aísla, preserva y presenta un momento tomado de un continuo. La fuerza de una pintura depende de sus referencias internas. Su referencia al mundo natural más allá de los límites de la superficie pintada nunca es directa; opera siempre con equivalentes. O, para decirlo con otras palabras: la pintura interpreta el mundo traduciéndolo a su propio lenguaje. Pero la fotografía no tiene un lenguaje propio. Se aprende a leer las fotografías de la misma manera que se aprende a leer las huellas o un electrocardiograma. El lenguaje en el que opera la fotografía es el lenguaje de los acontecimientos. Todas sus referencias son externas a sí misma. De ahí el continuo.

       Un director de cine puede manipular el tiempo de la misma forma que un pintor puede manipularla confluencia de los acontecimientos que describe. No es el caso del fotógrafo. La única decisión que puede tomar el fotógrafo es del momento que elige aislar. Sin embargo, esta aparente limitación es lo que confiere a la fotografía su fuerza singular. Lo que muestra invoca lo que no muestra. Basta con mirar cualquier fotografía para comprobar que es cierto. La relación inmediata entre lo que está presente y lo que está ausente es particular a cada fotografía: puede ser la existente entre el sol y el hielo; entre el dolor y la tragedia; entre la sonrisa y el placer; entre un cuerpo y el amor; o entre el caballo ganador y la carrera que acaba de correr.

        Una fotografía es efectiva cuando el momento registrado contiene una medida de verdad que es aplicable en general y que revela lo ausente igual que lo que está presente en ella. La naturaleza de esta medida de verdad y la manera para apreciarla varían enormemente. Puede ser una yuxtaposición, una ambigüedad visual y una configuración. Esta verdad nunca es independiente del espectador. Para el hombre que lleva en la cartera una fotografía de su novia tomada en un fotomatón, la medida de la verdad de una fotografía impersonal seguirá dependiendo de las categorías generales arraigadas en la conciencia del espectador.

       Puede que todo esto recuerde al viejo principio de la transformación de lo particular en lo universal que lleva a cabo el arte. Pero la fotografía no opera con constructos. En la fotografía no se da transformación alguna. Sólo hay decisión; sólo hay enfoque. Ese mensaje mínimo que encierran las fotografías podría ser menos simple de lo que pensábamos al principio. En lugar de ser: He decidido que merece la pena registrar lo que estoy viendo, ahora podríamos decodificarlo como: Se puede valorar el grado en el que creo que merece la pena ver esto mediante lo que voluntariamente no muestro porque ya está contenido en lo que muestro.

       ¿Por qué complicar así una experiencia cotidiana que es la experiencia de ver una foto? Porque la simplicidad que normalmente atribuimos a esa experiencia supone una confusión y un derroche. Pensamos en las fotografías en cuanto obras de arte, en cuanto pruebas de una verdad particular, en cuanto réplicas exactas o en cuanto nuevos objetos. Cada fotografía es, en realidad, un medio de comprobación, de confirmación y de construcción de una visión total de la realidad. De ahí el papel crucial de la fotografía en la lucha ideológica. De ahí la necesidad de que entendamos un arma que estamos utilizando y que puede ser utilizada contra nosotros.

De Para entender la fotografía (Gustavo Gili, 2015)


miércoles, 12 de agosto de 2015

Adrienne Rich - Tiempo norteamericano



I

Cuando mis sueños dieron signos
de volverse
políticamente correctos
no imágenes indómitas
que escapan de los límites
cuando al caminar por la calle vi
que se elegían temas por mí
supe de qué cosas no hablaría
por miedo al uso que les dieran los enemigos
entonces comencé a hacerme preguntas


II

Todo lo que escribimos
será usado contra nosotros
o contra quienes amamos.
Esas son las condiciones,
las tomas o las dejas.
La poesía nunca tuvo la ocasión
de estar lejos de la historia.
Un verso mecanografiado hace veinte años
puede ser una pintada que brilla en una pared
para exaltar el arte distanciado
o tortura de quienes
no amábamos pero tampoco
queríamos matar.
Cambiamos     pero nuestras palabras permanecen
se hacen responsables
de más de lo que pretendíamos

y eso es privilegio verbal


III

Intentar sentarse a la máquina de escribir
una cálida tarde de verano
en una mesa junto a una ventana
en el campo, intentar fingir
que tu tiempo no existe
que tú eres simplemente tú
que la imaginación se extravía simplemente
como una gran polilla, sin intención
intentar decirte a ti misma
que no tienes compromiso
con la vida de tu tribu
el aliento de tu planeta


IV

No importa lo que piensas.
Las palabras sean consideradas responsables
cuanto puedes hacer es elegirlas
o elegir
seguir en silencio.    O nunca tuviste elección
que es por lo que las palabras que perduran
son responsables

y esto es privilegio verbal.


V

Imagina que quieres escribir
sobre una mujer que entreteje
el pelo de otra mujer–
dejando que cuelgue, o con cuentas y conchas
en trenzas de tres cabos o como filas de granos–
mejor sería que supieras el grosor
la largura      el modelo
por qué decide trenzarse el pelo
cómo se lo hacen
en qué país sucede
qué más sucede en ese país

Tienes que saber esas cosas


VI

Poeta, hermana:     palabras–
nos guste o no–
perduran en un tiempo propio.
No sirve lamentarse     Lo escribí
Antes de que Kollontai fuera exiliada[i]
Rosa Luxemburg, Malcolm,
Anna Mae Aquash[ii], asesinados,
antes de Treblinka, Birkenau,
Hiroshima, antes de Shaperville,
Biafra, Bangladesh, Boston,
Atlanta, Soweto, Beirut, Assam
–esos rostros, nombres de lugares
cercenados del calendario
del tiempo norteamericano


VII

Pienso en un país
donde las palabras se quitan de las bocas
como el pan se quita de las bocas
donde los poetas no van a la cárcel
por ser poetas, sino por ser
de piel oscura, mujeres, pobres.
Escribo esto en un tiempo
en el cual lo que escribimos
puede usarse contra quienes amamos
en el que no se da nunca el contexto
aunque intentemos explicarlo, una y otra vez
Por el bien de la poesía al menos
Tengo que saber estas cosas


VIII

A veces, planeando de noche
en un avión sobre la ciudad de Nueva York
me he sentido como una mensajera
llamada a entrar, destinada a unirse
a este campo de luz y oscuridad.
Una ambiciosa idea, surgida de volar.
Pero bajo esta ambiciosa idea
se halla la reflexión de que a lo que debo unirme
después de que el avión haya rugido en la pista
después de subir mis viejas escaleras, sentarme
ante mi vieja ventana
va a romperme el corazón y reducirme al silencio


XIX

En Norteamérica el tiempo tropieza
sin avanzar, liberando sólo
un cierto dolor norteamericano.
Julia de Burgos[iii] escribió:
Que mi padre fuera esclavo
es mi dolor;     que hubiera sido amo
habría sido mi vergüenza.
Palabras de una poeta, colgadas de una puerta
en Norteamérica, en el año
mil novecientos ochenta y tres.
La luna casi llena se levanta
hablando eternamente de cambio
por encima del Bronx, el río Harlem
las ciudades sumergidas de Quabbin
los túmulos funerarios saqueados
las ciénagas tóxicas, los campos de pruebas

y empiezo a hablar otra vez.


De Poemas (Renacimiento, 2002)
Traducción de María Soledad Sánchez Gómez




[i] Alexandra Kollontai (1872-1952), revolucionaria rusa que defendió importantes cambios en las costumbres sociales y en las instituciones rusas.
[ii] Anna Mae Pictou Aquash (1945-1976), activista norteamericana, se convirtió en símbolo del movimiento por los derechos de los indios. Su asesinato permanece aún sin resolver.
[iii] Julia de Burgos (1914-1953), poeta y revolucionaria de Puerto Rico.




lunes, 10 de agosto de 2015

Cuatro poemas breves de Wisława Szymborska


LAS TRES PALABRAS MÁS EXTRAÑAS

Cuando pronuncio la palabra Futuro,
la primera sílaba pertenece ya al pasado.

Cuando pronuncio la palabra Silencio
lo destruyo.

Cuando pronuncio la palabra Nada,
creo algo que no cabe en ninguna existencia.



VIETNAM

Mujer, ¿cómo te llamas? –No sé.
¿Cuándo naciste, de dónde eres? –No sé.
¿Por qué cavaste esta madriguera? –No sé.
¿Desde cuándo te escondes? –No sé.
¿Por qué me mordiste el dedo cordial? –No sé.
¿Sabes que no te vamos a hacer nada? –No sé.
¿A favor de quién estás? –No sé.
Estamos en guerra, tienes que elegir. –No sé.
¿Existe todavía tu aldea? –No sé.
¿Éstos son tus hijos? –Sí.



EPITAFIO

Aquí yace, como la coma anticuada
la autora de algunos versos. Descanso eterno
tuvo a bien darle la tierra, a pesar de que la muerta
con los grupos literarios no se hablaba.
Aunque tampoco en su tumba encontró nada
mejor que una lechuza, jacintos y este treno.
Transeúnte, quita a tu electrónico cerebro la cubierta
y piensa un poco en el destino de Wisława.



LA MANO

Veintisiete huesos,
treinta y cinco músculos,
unas dos mil células nerviosas
en cada una de las yemas de nuestros cinco dedos.
Es absolutamente suficiente
para escribir Mein Kampf
o Winnie the Pooh.


De Poesía no completa (FCE, 2002) y Hasta aquí (Bartleby, 2014)
Traducciones de Gerardo Beltrán y Abel Murcia


sábado, 8 de agosto de 2015

Cinco poemas de Sylvia Plath


DOS VISTAS DE UNA SALA DE CADÁVERES

I

El día en que ella visitó la sala de disección
tenían cuatro hombres tumbados, negros como pavos quemados,
a medio despedazar. Rezumaban un vapor
avinagrado como de cubetas mortuorias;
los chicos de batas blancas comenzaron a trabajar.
La cabeza de su cadáver se había hundido
y ella apenas podía reconocer nada
entre el caos de cráneos y pellejos rancios.
Un raquítico trozo de cuerda lo sujetaba.

En sus frascos, criaturas con nariz de caracol miran ensimismadas y brillan.
Y él entrega el corazón roto como una herencia resquebrajada.


II

En la panorámica de Brueghel de humo y matanza
sólo dos personas no ven los montones de carroña.
Él, a flote en el mar de azul satén
de sus faldas, canta en la dirección
de su espalda desnuda, mientras ella se inclina
sobre él, con una partitura entre los dedos,
ajenos ambos al violín en manos
de la muerte cuya cabeza ensombrece su canción.
Florecen estos amantes flamencos; no por mucho tiempo.

Mas la desolación, detenida en la pintura, perdona al pequeño paisaje
distraído, delicado, desde el borde inferior derecho.



EL COLOSO

Jamás conseguiré recomponerte del todo,
unir, pegar tus pedazos y juntarlos como es debido,
rebuzno de mula, gruñido de cerdo y carcajadas obscenas
salen de tus enormes labios.
Esto es peor que un corral.

Acaso te consideras un oráculo,
portavoz de los muertos, o de algún que otro dios.
Llevo treinta años trabajando
Para extraer el sedimento de tu garganta.
Sigo sin entenderlo.

Escalera arriba con botes de cola y Lysol
trepo como una hormiga en duelo
por encima de los campos de maleza de tu frente
para reparar las inmensas planicies de tu cráneo y limpiar
los blancos, desnudos túmulos de tus ojos.

Un cielo azul como de la Orestíada
se arquea por encima de nosotros. Oh, padre, tan solo como estás
eres denso y hondo en la historia como el foro romano.
Abro mi almuerzo sobre una colina de cipreses negros.
Tus huesos aflautados y tu pelo de acanto desbordan

su antigua anarquía hasta la línea del horizonte.
Haría falta más de un rayo
para crear una ruina así.
De noche me acurruco en la cornucopia
de tu oreja izquierda, al abrigo del viento,

y cuento las estrellas rojas, y las de color ciruela.
El sol sale bajo la columna de tu lengua.
Mis horas abrazan la sombra.
Ya no atiendo el encallar de las quillas
en las piedras desnudas del embarcadero.



SOY VERTICAL

Pero preferiría ser horizontal.
No soy un árbol con las raíces en la tierra
absorbiendo minerales y amor maternal
para que cada marzo florezcan las hojas,
ni soy la belleza del jardín
de llamativos colores que atrae exclamaciones de admiración
ignorando que pronto perderá sus pétalos.
Comparado conmigo, un árbol es inmortal
y una flor, aunque no tan alta, es más llamativa,
y quiero la longevidad de uno y la valentía de la otra.

Esta noche, bajo la luz infinitesimal de las estrellas,
los árboles y las flores han derramado sus olores frescos.
Camino entre ellos, pero no se dan cuenta.
A veces pienso que cuando estoy durmiendo
me debo parecer a ellos a la perfección–
oscurecidos ya los pensamientos.
Para mí es más natural estar tendida.
Es entonces cuando el cielo y yo conversamos con libertad,
y así seré útil cuando al fin me tienda:
entonces los árboles podrán tocarme por una vez,
y las flores tendrán tiempo para mí.



ESPEJO

Soy de plata y exacto. No tengo prejuicios.
Todo lo que veo lo trago de inmediato
tal y como es, sin la turbiedad del amor o de la antipatía.
No soy cruel, sólo veraz–
el ojo de un diosecillo, con cuatro esquinas.
La mayor parte del tiempo medito sobre la pared de enfrente.
Es rosada, con manchas. La he mirado tanto
que creo que forma parte de mi corazón. Pero se mueve.
Caras y oscuridad nos separan una y otra vez.

Ahora soy un lago. Una mujer se asoma sobre mí,
buscando en mi extensión lo que ella es en realidad.
Luego se vuelve hacia esas embusteras, las velas o la luna.
Veo su espalda y la reflejo con fidelidad.
Me recompensa con lágrimas y gesticula con las manos.
Soy importante para ella. Viene y va.
Cada mañana es su cara lo que sucede a la oscuridad.
En mí ha ahogado a una muchacha, y desde mí una mujer mayor
se eleva hacia ella día tras día, como un pez terrible.



NACIDOS MUERTOS

Estos poemas no viven: el diagnóstico es triste.
Los dedos de manos y pies crecieron bastante,
sus pequeñas frentes se abombaron por la concentración.
Si no caminaron por ahí como personas
no fue por falta de amor materno.

¡No puedo entender lo que les ocurrió!
Tienen la forma, el número, los miembros precisos.
¡Se ven tan bien ahí en su líquido de adobo!
Sonríen, sonríen, sonríen, me sonríen a mí.
Pero los pulmones no se hinchan y el corazón no bombea.

No son cerdos, ni siquiera son peces,
aunque tienen cierto aire de cerdo y de pez,
sería mejor que estuvieran vivos, y así es como estaban.
Pero están muertos, y su madre, casi muerta de enajenación,
y miran como estúpidos, y no hablan de ella.


De Soy vertical. Pero preferiría ser horizontal (Grijalbo Mondadori, 1999)
Traducción de Eli Tolaretxipi