martes, 14 de julio de 2015

Cuatro poemas de John Berger


DESPEDIDAS

Los huéspedes más alegres han partido
desaparecieron los verdes atavíos
la luz sin sombra acepta de mala gana
la escarcha en los cristales.

Donde amantes y hierbas
gastaron sus semillas
en grietas de hierro
ahora el hielo hace las camas.

Pero no te complazcas en la pena,
ojo de ratón del petirrojo,
silencio reptante,
estas cautelosas líneas,

en sus circunloquios
son silenciosos testigos
de la persistente
ocupación del hombre.



Palabras emigrantes

En un puñado de tierra
he enterrado todos los acentos
de mi lengua materna

allí yacen
como agujas de pino
reunidas por las hormigas

Puede que algún día el llanto balbuciente
de otro vagabundo
las incendie

entonces caliente y consolado
oirá toda la noche
la verdad como una nana.



EL CUERPO DEL AMOR

Curtidos como postes
por las partidas
y los fantasmas blancos
de los que se fueron,
envueltos en lonas
hablamos de pasión.
Nuestra pasión es la sal
en la que se cuelgan los pellejos
para hacer de una bisagra de piel
el cuero del amor



AGUJERO

Hacer un agujero
a través de
una piedra
hilvanarla
llevarla colgada
anuncia inmortalidad
la piedra puede ser
lenguaje
el agujero, poesía.


Traducciones de Pilar Vázquez

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