sábado, 21 de febrero de 2015

Dos poemas de Monika Rinck


CHARCO

dice él: el sufrimiento es un charco
digo yo: sí, el sufrimiento es un charco.
porque el sufrimiento yace en una cuenca
atravesado por peces y huele mal.
dice él: y la culpa es un charco.
digo yo: sí, la culpa también charco.
porque la culpa se derrama en una depresión
y alcanza la axila elongada
de mi brazo que se extiende hacia arriba
dice él: la mentira es un charco.
digo yo: sí, la mentira del mismo modo charco.
porque en verano todas las noches se puede
hacer un picnic a las orillas de la mentira
y allí siempre se queda algo olvidado.  


GREEN FACES: SOMOS ENTONCES ALGO ASÍ EN EL ESPACIO…

imitábamos la niebla interestelar,
una plebe cósmica, la cámara filmaba
sin embargo parecía haber algo en el aire
quizás tenía que ver con el lente
esta falta de nitidez fundamental, como si
la percepción misma hubiera sido afectada
y ya no pudiésemos tenerla en cuenta.
la difusión de la energía, los tiempos de espera
entre escenas, los largos derroteros
a través del pabellón obsoleto. los sándwiches
que comíamos, alfombras en beige y marrón,
la suciedad, capas completas, pensaba,
qué sé yo, tal vez de entre todos los sentimientos posibles,
sólo los incorrectos estaban presentes
sedimentados, y construían capas. “cut”!
nos mirábamos, nuestros rostros emitían
luz verde, debajo como un enmudecimiento,
la alfombra. ah, estos colores roñosos.


De Luces Intermitentes. Nueve poetas recientes de Alemania (Editorial Paraíso Perdido, 2009)
Traducción de Cecilia Pavón

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