lunes, 10 de marzo de 2014

Dos poemas de Luis Alberto Arellano

RIESGOS CALCULADOS

No tenemos granadas de fragmentación
Mi mujer vive en un refugio para personas mayores
Mi boca es un error
Los huesos costales son los indicados para el intercambio hepático
Existen rumores que cancelan las transacciones entre líderes
Todo vuelo rasante es un riesgo calculado
La invasión mongola fractura la unidad china del siglo XII
Tampoco escribir por mail es garantía de nada
El tono crepuscular de las piezas de esta época se explica parcialmente
Ningún rostro tomaría coloración violácea a menos que signifique asfixia
El atlas es una vértebra en la base del cráneo que soporta el peso total
Es un hecho que el vudú afecta el futuro de un artista negro
Ningún gran atleta negro ha sido reconocido hasta la época
Rociar de agua bendita y rezar invocaciones a Tutu son razones efectivas para ser expulsado del 
         MoMA
Bilie Holiday no tenía lápida en su tumba abandonada de Brooklyn
El exceso de calcio produce formaciones extras en los cartílagos
Los barrios desde la fundación de la ciudad son 7
En cada célula animal encontramos la misma materia helicoidal
El punto rojo en el cielo se llama Hares y es visible en su amplitud cada dos años 
El fin del universo será televisado en tiempo real y alta definición
Abuelita en español el original
El cine contemporáneo debe grandes formaciones plásticas al diseño industrial
SAMO como una alternativa a Dios
City is killing me
Ignorante como un traje del conejo de pascua
Muchos vagabundos eran ejecutivos
I was the kid then
Somos esclavos de la proteína cíclica
Una magnum calibre 44 es más útil en situaciones de riesgo
El alambre de cobre es un gran conductor de calor pero no de datos
Five thousand dollars en letras blancas sobre un fondo negro


LO QUE UN HOMBRE DEBE AULLAR ANTES DE LANZARSE AL VACÍO

Mayakovsky recuerda la infancia:
camina por el bosque;
su padre, el guardabosque, lo guía.
Niebla. Los límites, confusos,
Vladimiro tropieza.
El rocío, su padre y la bruma lo mismo,
lo sujetan de la mano; avanzan.
El brazo de su padre tropieza con una rama.
Escaramujo.
Ésta al rostro de Vlady,
puntas encajan en su mejilla rosada.
Todos los rusos en la niebla,
la edad,
tienen mejillas rosadas.
Sin decir nada, saca las púas de madera. Sangra.
Vladimiro nació en Georgia,
vivió en Bagdati.
Un edificio de dos pisos durante su primera infancia.
Piso inferior hacían vino.
Llegaban los mujiks,
así llamaban los rusos a la niebla (sangrante la mejilla rosada),
también a los campesinos,
en oposición al proletariado, que llamaban Tovarich,
llegaban mujiks jalando carretas llenas de uvas.
Pisaban uvas.
Vladimiro comía, estrujadas.
Las bebía.
Vladimiro recuerda, la niebla,
olor del mosto fermentando a sus anchas
las vasijas de vidrio cubiertas por paja.
Vladimiro estudió primeras letras con su madre.
Madre enseñaba lo que debía saber un ruso.
Mejillas sangrantes por mundo que lo rodeaba.
Vladimiro aprendió sin emoción.
Mayakovsky odiaba la aritmética.
Para qué sumar si lo que sumaba eran peras, manzanas.
Las peras y manzanas eran grandes y olorosas.
Se daban y se pedían sin trámite.
Crecían en árboles del patio.
Suma y resta, pérdidas de tiempo.
Vladimiro memorizaba poemas de bosques, fauna silvestre: alma rusa.
Su padre pedía, antes de morir, que dijera poemas en festividades.
Padre, mujik, orgulloso de niño/loro.
Lágrimas.
Vladimiro no.

De Grandes atletas negros

No hay comentarios:

Publicar un comentario